Ibiza es, sin duda, una isla sensual. La ofrece por todos los costados. Del mismo modo que una persona sensual es aquella que provoca atracción o reacción en los sentidos de otra, Ibiza provoca sentimientos, instintos, pasiones… atrae profundamente como un cuerpo adolescente, cándido, amoroso, sugestivo,  dispuesto a las caricias y a nuevas sensaciones.

En Ibiza, esta facultad puede potenciarse para conseguir relaciones amorosas más gratificantes a través de los sentidos.

A través de la vista nos llega la luz  mágica de Ibiza que irradia la persona amada, el color de sus ojos, la forma de su cuerpo, la manera de moverse… mediante el sentido del oído percibimos el rumor del mar, el tono y el timbre de su voz, sus palabras cariñosas y susurrantes… el olor de sal  penetra por medio del nervio olfatorio, situado en la nariz… con el sentido del gusto saboreamos la dulzura de un beso y, finalmente, gracias a ese extenso órgano del tacto que es la piel, se da rienda suelta a la imaginación en un gozoso intercambio de amor, emoción y placer.

La sensualidad es una facultad que posee el ser humano, en mayor o menor grado, durante toda su vida y que está estrechamente unida a la sexualidad. Es una postura ante la vida es una forma de relacionarnos con los demás en todos los aspectos, no necesariamente buscando un encuentro sexual. Lo interesante es que cualquier persona puede ser sensual si se lo propone, lo único que necesita es tener su autoestima alta y saber expresarse a través de los sentidos de manera asertiva. En Ibiza siempre es más fácil provocar reacciones en las personas que te rodean: una puesta de sol, una cena romántica bajo la luz de las  velas, música tranquila de fondo, el mar, la puesta de sol…

+ INFO: www.ibiza-hot.com

 

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