El hundimiento del carguero de Iscomar ‘Don Pedro’ en el antepuerto de Eivissa

Los peores recuerdos del chapapote y del naufragio del ‘Prestige’ asaltaron la memoria de los ibicencos cuando la arena de la playa de Talamanca apareció cubierta por una franja de cuarenta centímetros de fuel.

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Por fortuna, la discreta cantidad de combustible vertida más la rápida actuación de las instituciones públicas, han limitado el daño ocasionado. Los tripulantes del ‘Don Pedro’, que fue engullido por el mar, fueron rescatados ilesos pero con un gran susto en el cuerpo.

Aún nadie se explica qué pasaba por la cabeza del capitán del ‘Don Pedro’ en ese momento. Nadie entiende cómo pudo chocar contra es Dau Gros, cómo no vio la señalización luminosa que corona esta roca y por qué no giró a estribor cuando salió del puerto. La sucesión de despropósitos desembocó en el hundimiento del carguero, de 140 metros de eslora (longitud), a menos de una milla de la costa ibicenca.

El vertido de una pequeña cantidad de combustible procedente de los depósitos de la embarcación desató un exagerado estado de alerta en la isla.

Por fortuna, todo quedó en un susto. Los tanques de gasoil del barco, que se encuentra a 40 metros de profundidad, fueron rápidamente sellados y, a pesar de que en las playas de Talamanca, ses Figueretes y Bossa se prohibió el baño por unos días, no hubo que lamentar daños importantes, únicamente pequeñas manchas de chapapote que fueron retiradas prácticamente al instante.

No teman, las playas siguen gozando de un estupendo estado de salud y el turismo no corre ningún tipo de peligro.