Después de negociar personalmente con el Patriarcado Ruso, el señor Vig acoge en su casa a una delegación de monjas ortodoxas rusas que llega por vez primera a Dinamarca para valorar si el castillo está en condiciones de ser transformado en un monasterio… La delegación está encabezada por la Hermana Ambrosija, una joven monja de carácter fuerte que, por casualidad o predestinación, acabará formando parte de la vida del señor Vig.

Las monjas aceptan el castillo, pero a su vez piden al Sr. Vig que haga reformas importantes para que se puedan instalar. Por eso, cuando se marchan de nuevo hacia Rusia, el señor Vig se propone hacer todas las reparaciones él mismo. Pero hacen falta reformas intensivas, i el verano siguiente la hermana Ambrosija vuelve con algunos paletas rusos con tal de hacer realidad el sueño del señor Vig.

Cuando las monjas y los paletas se mudan al castillo, la vida del señor Vig cambia de repente: el, que nunca se ha enamorado ni ha tenido ninguna mujer a su alrededor, ahora tiene que compartir su hogar con una mujer de un carácter que chocará totalmente con el suyo, así como con las demás monjas.

El castillo no para de pedir más y más reparaciones porque es muy viejo y muy grande. Es entonces cuando el Patriarcado Ruso se ofrece a pagar todas las reparaciones futuras pero sólo con la condición que se les ceda el castillo. El señor Vig se encuentra entonces con un dilema: ¿debe dejar-lo a la Iglesia Rusa con tal de cumplir su sueño de fundar un monasterio? ¿O mejor deberia guardárselo todo para el y continuar los años que le quedan con su vida de soltero solitario?… Mientras tanto, el señor Vig y la hermana Ambrosija comienzan a acercarse y a poco a poco mejora su relación.

La directora danesa Perenille Rose Grønkjær es la encargada de seguir a este excéntrico abuelo en sus preparaciones y trifulcas con tal de recibir a las monjas. En la película, el protagonista explicará a la directora qué opina sobre el amor -sentimiento que no ha conocido nunca-, la religión i la hermana Ambrosija.