“Masturbarse el ego es la muerte del poeta”

ENTREVISTA A MANEL MARI

 

“Para escribir bien hay que leer mucho, corregir más y dejarse aconsejar”

Es difícil encontrar algún poeta que, en tan pocos años, haya acumulado tantos libros y premios como Manel Marí (Ibiza, 1975). No obstante, el poeta pone mala cara cuando oye la expresión “joven promesa”. Tiene razón. Ya ha cumplido la treintena pero, además, ya hace mucho tiempo que dejó de ser una “promesa” para convertirse en una firme realidad.

 

Vive en Valencia, pero visita regularmente Ibiza, donde cultiva largas conversaciones con su grupo de amigos. Dicen que su poesía es difícil, pero las cosas que no cuestan no se valoran. Acercarse a su poesía es una aventura.

 

Le cito para realizar esta entrevista, pero Manel Marí me pone una condición: “La entrevista debe ser en un bar”. Acepto sin rechistar por dos razones:

 

1) No quiero llevarle la contraria al ganador del Premio Mallorca de Poesía (2005) por el libro No pas Jo o del premio Senyoriu d’Ausiàs March (2004) por el magnífico Deshàbitat;

 

2) No me supone ningún sacrificio quedar en el bar Sinio y compartir una cerveza con el que es considerado uno de los mejores poetas ibicencos actuales.

 

A Marí le gusta explicarse, así que me acomodo y saco el bolígrafo y la libreta, dispuesto a capturar al vuelo su conversación.

 

Ha ganado muchos premios, pero dicen que en este país se publica demasiado y se premia demasiado.

 

Es cierto. Se sacan muchos títulos que podrían no publicarse. Se convocan demasiados premios con jurados muy poco rigurosos, ¡y luego se ven obligados a publicar estos libros! Muchas veces no hay valor para dejar los premios desiertos.

 

Muchos títulos para tan poco espacio en las librerías.

 

Yo soy partidario de dar más espacio a los clásicos. Incluso pediría que retiraran mis libros de las librerías y que en su lugar pusieran las Elegies de Bierville de Carles Riba. No puede ser que este título, que es un clásico indispensable, solo se pueda encontrar en las librerías de viejo. Las editoriales están demasiado ocupadas con las novedades.

 

El mercado está inundado de libros-basura, pero el lector de poesía tiene un perfil muy propio y definido.

 

 

 

Los lectores de poesía son pocos pero están muy motivados. Saben escoger el autor que realmente les interesa y se desentienden de las estratagemas del mercado. Son un público pequeño pero fiel.

 

El poeta también tiene un perfil muy propio, distinto del prosista.

 

La diferencia entre el poeta y el prosista es la distancia entre el autor y el  texto.
Esta distancia, en poesía es igual a cero. El autor es su texto. La poesía forma parte de su cuerpo, es su intimidad.

 

En este mundillo donde todos os conocéis, ¿pesan más las filias y las fobias que los criterios literarios?

 

No negaré que las filias y las fobias pesan. Por suerte, mi carácter me conduce a cultivar las filias. Pero lo que realmente es criminal son los golpecitos condescendientes en la espalda. Es difícil sobrevivir a los aduladores y hay que huir de ellos como de la peste.

 

Ibiza se encuentra lejos de los centros de irradiación editorial y cultural.

 

¿Le pesa esta situación?

 

¿Si me siento periférico? Sí, pero la poesía también es periférica. Además, las nuevas tecnologías te permiten estar en contacto con todo el mundo.

 

¿Le han llamado para la famosa Feria de Frankfurt?
 No me han dicho nada y supongo que no iré. Estoy tranquilísimo y es un tema que no me quita el sueño.

 

¿Cree que desde los medios de comunicación públicos no se apuesta lo suficiente por la cultura?

 

—No hay que ser tremendistas. Creo que, por ejemplo, el Canal 33 de Televisión de Cataluña ha realizado propuestas muy interesantes. Pero lo cierto es que las instituciones públicas no apuestan por la cultura. Si tienen miedo de una sociedad culta y activa, sus motivos tendrán.

 

¿Ibiza disfruta de un buen panorama cultural?

 

—Decir que la cultura en Ibiza es pobre es una barrabasada. Tenemos una buena hornada de poetas. ¡Incluso tenemos dramaturgos! Solo falta que aparezca una generación de novelistas, aunque soy optimista. Para la ratio de habitantes que hay, creo que somos un lugar con una cultura muy activa.

 

¿Que consejo daría a un joven que empieza a escribir?

 

—Tres consejos básicos: leer mucho, dejarse aconsejar y ser muy crítico con tu obra. Que no te dé pereza revisar y corregir. Es indispensable no caer nunca en la autocomplacencia. Masturbarse el ego es la muerte del poeta.

 

Recomiende a algunos poetas que no debemos perdernos.

 

—Si hablamos de poetas cercanos y poco conocidos, destacaría a Pau Sarradell, que sólo ha publicado un libro. Hay otros nombres, aunque son sobradamente conocidos: Jean Serra, Pep Marí, Bartomeu Ribes… todos magníficos y poco puedo añadir de ellos. Y en Valencia, aconsejo descubrir a Eduard Ramírez.