OBSERVAR EL CIELO DESDE IBIZA

Son las diez de la noche y estoy mirando hacia el Sur. Ya se ha oscurecido casi completamente el cielo y no hay luna, cosa que favorece la observación de objetos celestiales.
Hay una estrella que me llama mucho la atención justo sobre Dalt Vila porque brilla más que las otras… ¿o puede ser un planeta?… Sí, sí, claro: Se trata de Júpiter, es el planeta más grande del Sistema Solar que brilla con una esplendorosa luz blanca y que le ha faltado un poco más de masa para convertirse en estrella.
Con unos simples prismáticos se pueden ver su cuatro lunas principales como estrellitas a su alrededor. Curiosamente ahora transita por la constelación de Sagitario, una de las doce zodiacales y fácilmente reconocible por su forma característica de tetera. Esta zona es muy densa en estrellas y cúmulos estelares, cosa normal tratándose del centre de la nuestra galaxia.

Si esto es Sagitario, a su derecha queda Escorpión, que hace una especie de “s” alargada con Antares en la parte superior. Antares es una estrella gigante roja, no tiene pérdida. Balanza es bastante más difícil de distinguir, y Virgo es tan amplia que sólo puedo reconocer su estrella principal: Spica, azul y por tanto muy joven.

Si levanto la cabeza me encuentro con “el carro”, aquella constelación que todos de pequeños ya encontrábamos en las noches claras. La verdad es que parece un carro, sin duda, y el asterismo o figura principal está constituido por siete estrellas brillantes. A partir de aquí podemos encontrar algunas más de manera simple, ahora lo veréis. Con la prolongación del “mango” del carro encontramos otra gigante roja que pertenece a la constelación de Bootes, es Arturo. Brilla mucho y queda muy alta en el cielo. Siguiendo en la misma dirección aparece Corona Borealis, formada por siete u ocho estrellas con forma marcada de herradura… y así hemos llegado al cenit.

Hay una estrella azul justo arriba de mi cabeza que brilla mucho y que está envuelta por un asterismo con forma de rombo: Es Vega, y la constelación, Lira. Muy cerca hay un grupo de estrellas que forman una cruz de grandes dimensiones. Se trata de Cygnus, el cisne, donde Deneb es la cola del animal y la estrella más importante. Más abajo, mirando en dirección Sudeste se encuentra la constelación de Aquila con Altair, estrella azul y brillante, que juntamente con las mencionadas Deneb y Vega constituyen el triángulo de verano.

Pero… ¿y la estrella Polar? ¿dónde queda exactamente? La regla para encontrarla es sencilla: Prolongamos cinco veces con una línea imaginaria la distancia que hay entre las dos estrellas que cierran el carro i aparece la “Polar”. Curiosamente no se mueve en el cielo, siempre está en el mismo lugar mientras las otras rotan y no es la más brillante como yo pensaba. Es una estrella vulgar y solitaria pero de gran importancia para los antiguos navegantes que todavía no disponían de aparatos sofisticados para moverse por la mar.


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