EL CONDE ROSSI EN IBIZA

El 8 de agosto de 1936 llegaron por mar (al igual que lo hizo Guillem de Montgrí), unas tropas republicanas para conquistar la isla: la Columna Bayo, a la que se sumó, desde Valencia, un grupo de guardias civiles comandados por Manuel Uribarry. Los soldados entraron por es Pou des Lleó y, en sólo cinco semanas de ocupación, ajusticiaron a 114 ibicencos. El otro bando, con el ‘conde Rossi’ y la Falange, tampoco se quedó corto.

El capitán de aviación Alberto Bayo. A sus tropas se sumó una columna de guardias civiles provenientes de Valencia y dirigida por Manuel Uribarry. Ni Bayo ni Uribarry se podían ver, lo que contribuyó al desorden de sus tropas, que culminó con una escabechina que ha marcado la reciente historia ibicenca. Porque, si en 1235 se introdujo el cristianismo, el desembarco republicano devino en anticlericalismo (fueron asesinados 21 religiosos, un tercio del total de la isla, y calcinaron buena parte de los retablos y tallas religiosas).

 

Después de su rápida conquista de Formentera, donde no encontró resistencia, la Columna Bayo llegó a Ibiza por es Pou des Lleó, en San Carlos, para arrebatar el poder a los sublevados nacionales. Su aventura duró sólo cinco semanas, pues, tras fracasar en la toma de Mallorca, el mando republicano ordenó la retirada de las islas, una decisión a la que Bayo achacó la derrota de la Guerra Civil. Pero sus tropas, con un buen número de presos amnistiados, tuvieron tiempo para numerosos desmanes, a pesar de las denuncias de dirigentes locales como Joan Antoni Palerm.

 

Por el otro bando, se preparaba otra escabechina de la mano del fascista italiano Arconovaldo Bonaccorsi, el ‘conde Rossi’ –en verdad, de aristócrata tenía lo mismo que de comunista–, que, con tres aviones, bombardeó la ciudad de Ibiza el 13 de septiembre (40 muertes). Esa misma noche, y resignadas ya a dejar la isla en manos de los nacionales, las tropas republicanas fusilaron a 93 prisioneros en el Castillo de Dalt Vila (els fets del Castell). En total, cinco semanas después de ese San Ciriaco en es Pou des Lleó, 114 ibicencos fueron ajusticiados por los milicianos. Y la tragedia continuó después con la llegada del Conde Rossi a las islas y la represión de la Falange.

 

A pesar de su fracaso en Baleares, Bayo, una vez exiliado, tuvo una brillante carrera militar al otro lado del Atlántico: fue instructor militar de Fidel Castro y llegó a ser general del ejército sandinista.

 

+INFO: www.ibiza-secrets.com

 

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