Los jugadores del equipo de Vila saltaron al campo de juego con más ilusión que fútbol, a pesar que tuvieron oportunidades de sentenciar el partido, no lo hicieron y no fue sino hasta el penalti bien ejecutado por Matías Alonso en que los hombres de Luís Elcacho pudieron adelantarse en el marcador, pero a continuación, una pobre exhibición de fútbol ante una de las mayores recaudaciones de la temporada, alrededor de 1000 aficionados alentaron al equipo, y nada hizo posible el inminente empate del Terrassa por medio de la ejecución de un tiro libre en el segundo tiempo.

La SD Eivissa-Ibiza mostró un fútbol poco productivo, a pesar del fuerte dominio sobre un rival que supo plantarle cara. "Los jugadores tenían pajaritos en la cabeza en vez de dedicarse a hacer lo que ellos saben" dijo el presidente de la entidad, Pedro Ortega, mostrando su enfado y después de reconocer que el empate es un resultado del mal juego que mostró su equipo ante el Terrassa. Con 47 puntos, el equipo ibicenco no tiene apuros del descenso, pero si mucho horizonte hacia la parte alta de la clasificación, un horizonte que con este empate cada vez se hace más pequeño.

El trabajo del equipo para la próxima jornada se volverá crucial, porque a pesar del aparente desaliento por el traspié del pasado sábado, la próxima jornada recibirá al Girona, equipo líder del grupo 3 de la Segunda División ‘B’, por tanto, un rival directo y que de conseguir un buen resultado, todavía los sueños de la isla por el ascenso no se desvanecerían. La afición rojilla una vez más deberá volcarse con el equipo.

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