IBIZA Y RAFAEL ALBERTI: PRISIONERO EN UN MONTE DE PINOS

Dibujo de Gabriel Torres Chalk
Ibiza y Alberti se rozan como se rozan dos metales en la noche: sin espectáculo, pero saltando una chispa que luego queda escondida en la palma. No es el vínculo fácil de isla y poeta. Es otra cosa: un nudo de luz con historia dentro, un blanco que no decora, sino que delata.


El inconfundible olor a salsa de nadal, el bescuit, las luces titilantes en las calles, el frío húmedo del invierno y las chimeneas encendidas… mucho más que una fecha en el calendario: es un ritual colectivo que nos recuerda la importancia de la familia, la solidaridad y la esperanza. Las mesas se llenan de recetas heredadas, los villancicos se convierten en banda sonora y los regalos simbolizan afecto. Sin embargo, detrás de esta postal entrañable se esconde un desafío que no podemos ignorar: el impacto ambiental de nuestras celebraciones.





Tras la apertura oficial de la cámara sepulcral de Tutankamón, Lord Carnarvon se siente agotado y decide pasar unos días de descanso en Asuán. El 19 de marzo se despertó con fiebre que atribuyó a una infección causada por una picadura de mosquito que se cortó al afeitarse. Empeora hasta el punto de que tienen que trasladarlo a El Cairo, donde murió en una habitación del Hotel Continental-Savoy el 5 de abril de 1924.