Club de lectura de la Bliblioteca Municipal de Sta Eulària

En las Pitiusas, donde la luz del Mediterráneo se derrama sobre calas secretas y plazas bulliciosas, los clubs de lectura se erigen como discretos templos de la palabra compartida. No son meros espacios de reunión, sino auténticas ágoras contemporáneas donde la literatura se convierte en puente entre generaciones, territorios y sensibilidades. Allí, entre páginas que viajan de la poesía insular a la narrativa universal, se teje una trama invisible que fortalece el tejido social y cultural de las islas.

La importancia de estos círculos radica en su capacidad de democratizar el acceso a la experiencia estética. La lectura, que tantas veces se concibe como acto solitario, se transforma en diálogo fecundo cuando se comparte. En los clubs de lectura pitiusos, el libro deja de ser objeto silencioso para convertirse en catalizador de voces diversas: la anciana que rescata memorias de infancia, el joven que descubre en un clásico la vigencia de sus inquietudes, el recién llegado que halla en la lengua y en la literatura un modo de integración.

Existen varios clubs de lectura en las islas de Ibiza Formentera: desde el de la Biblioteca Municipal de Santa Eulària, al que los Premios de las Letras Pitiusas va a otorgar el Premio de Honor en la próxima gala de marzo de 2026 hasta el Club de Lectura En Gran, centrado en las personas mayores o los que se coordinan desde las diferentes bibliotecas… Sin embargo, no existe aún una coordinación necesaria entre todas estas iniciativas, que no dejan de crecer.

Estos espacios cumplen, además, una función social insoslayable: fomentan la cohesión comunitaria en un tiempo marcado por la dispersión digital. Frente al aislamiento de las pantallas, los clubs de lectura ofrecen la calidez de la conversación presencial, el ritmo pausado de la reflexión compartida, la posibilidad de disentir sin estridencias. En ellos se cultiva la escucha, virtud cada vez más rara, y se ejercita la empatía, que nace de habitar mundos ajenos a través de la ficción.

No menos relevante es su papel como guardianes de la identidad cultural balear. Al acoger obras de autores locales y dar voz a la literatura en catalán, los clubs de lectura preservan y revitalizan un patrimonio que podría diluirse en la vorágine global. Son, en definitiva, faros que iluminan la travesía colectiva hacia una sociedad más crítica, más sensible y más consciente de su riqueza plural.

En Ibiza, como en tantos otros lugares, leer juntos es mucho más que leer: es construir comunidad, es afirmar la vigencia de la palabra como raíz y horizonte.

Por Ramon Mayol

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